Cuando llega la época de lluvias, salir a la calle e ir lidiando con todos los charcos de agua es algo que no suele gustar, salvo a los niños que les encanta pisar y saltar en los charcos. Si, además no calzamos unas botas de agua y llevamos nuestro calzado habitual, probablemente llegaremos a casa con los pies mojados, los zapatos o zapatillas estropeadas por el agua, y con un buen enfado. La bota para agua también se utiliza para trabajo y deportes como la caza y la pesca.
Existen en el mercado una gran variedad de botas de lluvia de diferentes usos para elegir y comprar. Hay botas de agua para climas lluviosos y muy fríos, las cuales además de proteger los pies del agua deben protegerlos del frío y la humedad. También las hay para climas más templados, las cuales no requieren un gran aislamiento para los pies.
La bota de agua se puede encontrar con diseños que cubren solo hasta un poco más arriba del tobillo. También, botas de agua altas, las cuales cubren mucho más arriba del tobillo y protegen de salpicaduras y charcos hondos.
Las botas de lluvia o botas para el agua se pueden usar para trabajar o para deportes como pescar y cazar, o para un uso casual como pasear.
Las botas de agua para trabajo pueden ser simples y exclusivas para zonas con agua y barro. Estas suelen ser incomodas y pesadas para andar. También existe la bota de agua mixta, con un diseño algo más atractivo y cómodo. Esta se puede usar para trabajar, pero a la vez para poder ir a hacer recados o compras.
Las botas de pesca o caza suelen ser altas, porque normalmente el pescador o cazador suele vadear en mares, en ríos, lagos y pantanos. Aunque también se usan más cortas.
Las botas para la lluvia de uso casual tienen un diseño atractivo, son más livianas y cómodas. Están hechas para llevar y usar en aceras o calles y no para entornos más agresivos, como sitios demasiado embarrados o accidentados.
Calzando unas botas de agua andaremos seguros y despreocupados por las calles mojadas sabiendo que nuestros pies se mantendrán secos y calientes.